Idiomas: alemán
Cumpleaños: 30.06.1988
Estado Civil: Soltero

Mi testimonio:

Resumiendo, mi vida podría describirse de la siguiente manera: Fui bautizado como católico romano cuando era niño, pero no profundicé y viví la fe, y me descarrié. En 2018 dejé la Iglesia Católica porque había escuchado el llamado a dejar Babilonia. Me sentí feliz de ser miembro del movimiento Adventista del Gran Sábado y fui bautizado por inmersión en el 2018 en el nombre del Padre, de nuestro Señor Jesucristo y del Espíritu Santo. Con esto, entré en el ministerio de nuestro exaltado Señor. Pero para entender mejor cuánto necesitaba la salvación de Jesús, me gustaría añadir más detalles a mi testimonio.

Después de nacer en 1988, viví con mi madre hasta los 12 años y luego fui a una casa de adopción. Ella cree en Dios, en Jesucristo y en el Espíritu Santo. Sin embargo, aceptó la fe católica sólo para casarse con su primer esposo. De lo contrario, nunca tuvo nada que ver con la iglesia, ni pertenecía a ninguna congregación.

Cuando tenía 14 años, me trasladaron a la sala cerrada de un hospital psiquiátrico durante unas semanas. Durante mi estancia allí, conocí al líder de un proyecto de bienestar infantil y juvenil. Debido a mi difícil infancia y juventud, fui aceptado en el proyecto de asistencia social para niños y jóvenes antes mencionado y, por lo tanto, se me alojó en varios hogares de adopción o en familias de crianza temporal, y sólo se me asignó una vez a una familia de acogida creyente. De lo contrario, sin embargo, no tenía ninguna relación con Dios en mi vida y tampoco estaba interesado en la Biblia. Durante mi juventud hice casi todo mal y no viví de acuerdo con los verdaderos e inalterados mandamientos de Dios. Muy pronto entré en contacto con cosas el ocultismo, drogas, alcohol, inmoralidad y robo y fui llevado a cosas que incluso ponían en peligro a otras personas.

En febrero de 2018, encontré una contribución bíblica en Internet sobre el chip RFID y la marca de la bestia (¡gracias a Dios, ahora sé la verdad!), y se la conté a mi (entonces) mejor amigo, pero no creyente. Él a su vez, me mostró un extracto del vídeo de YouTube “Zeitgeist”, que me hizo creer en la teoría darwiniana de la evolución. En esta situación negué la creación de Dios y pensé que todo lo que hacía en mi vida no tenía sentido para el futuro. Otra noche, aprendí de la Biblia lo que Dios había dicho sobre los pecados que había cometido en mi vida. Al leer esto, me di cuenta de mi vida pecaminosa que Dios me estaba mostrando, y sentí una sensación de desesperación y de estar perdido.

De alguna manera, debo haber creído en Dios, aunque lo había negado, pues ¿de qué otra manera podría haberme sentido tan perdido? En mi desesperación, llegué incluso a un punto en el que me consideraba obra del diablo y creía que tenía el signo de la cabeza de cabra en la frente. Esto me sacudió tanto que me interné en una clínica psiquiátrica. Estuve en tratamiento durante 22 días antes de dejar la clínica de nuevo. Quería cambiar mi vida, pero no tuve éxito inmediatamente. Cuando me dieron de alta, todo seguía igual, pero al menos podía dejar de consumir drogas. En ese momento, yo también estaba desempleado. Sólo cuando tuve contacto con el ministerio del cuarto ángel, mi vida volvió lentamente a la normalidad.

El 20 de mayo de 2018 me puse en contacto con el Hno. Gerhard en Paraguay, quien me remitió al Hno. Günther en Alemania, con quien estuve en contacto a partir del 21 de mayo, y más tarde también con el Hno. Jan. En ese momento, las cosas estaban arriba y abajo conmigo porque mi fe tenía que ser fortalecida primero. Un tremendo proceso comenzó, y una dura lucha estalló porque Satanás nunca querría que nadie se salvara, y agradezco al Señor con todo mi corazón que Él perdonó mis pecados y me sacó paso a paso del abismo en el que estaba.

A través de la guía amorosa y misericordiosa de nuestro amado Señor, pude encontrar la paz interior que sólo nuestro Señor Jesús puede dar, y a través de Su gracia pude encontrar queridos hermanos y hermanas con quienes camino el camino estrecho al cielo.

Doy gracias a nuestro Señor y Padre celestial por Su misericordia al guiarme a toda la verdad por medio de Su Espíritu Santo y llamándome a pesar de mi indignidad. Toda reverencia, alabanza y agradecimiento se deben sólo a nuestro Dios Padre Todopoderoso, a nuestro Señor Jesucristo y al Espíritu Santo.

La bendición y protección de Dios para todos ustedes, queridos hermanos y hermanas de todo el mundo, en el nombre del Señor Jesucristo.

Tu hermano Thomas