Idioma: alemán

Mi madre tenía 17 años y medio cuando me dio a luz. Este nacimiento fue todo menos fácil: fue un parto con fórceps, con el doctor gritando desesperadamente: "No podemos hacerlo, no podemos hacerlo ..." Bueno, lo hicieron. Vine al mundo y fui inmediatamente a la incubadora, porque tenía ictericia. El doctor me dio sólo una pequeña posibilidad de sobrevivir, pero parece que Dios quería que yo viviera.

Durante los primeros ocho años de mi vida, crecí con mis fieles abuelos, junto con Jesús, porque mi madre trabajaba. Fue muy agradable hasta que fui a mi tío. Él y su esposa me "educaron" mientras mi madre trabajaba. Los buenos tiempos se habían ido, y empezó un nuevo capítulo del que mejor no hablaría. Los siguientes dos años pasaron, hasta que conseguí mi propia llave a la puerta principal y podía quedarme solo en casa. Desde entonces, me "eduqué", por así decirlo. Crecí para ser un joven, cada vez más lejos de Dios a medida que crecí.

Fue en agosto de 2010, cuando me desperté de dormir un día y me acosté en la cama, que de repente supe que no tenía amigos. Todo en mi mundo parecía ser una mentira. Cuando me di cuenta de esto, caí en una profunda depresión. Después de horas de lloro y contemplación, de repente me di cuenta de que sólo una persona podría ayudarme a salir de esta situación, y que era JESÚS.

Así que empecé a buscar a Jesús, primero en el espiritualismo: la Nueva Era, el budismo, el hinduismo, etc. Me subí a bordo con esas enseñanzas y seguí las instrucciones de mis maestros, pero no encontré a Dios de esa manera. Era bueno que mis pensamientos estuvieran siempre dirigidos a Jesús, y por lo tanto me di cuenta de que cuanto más me quedaba con uno de esos grupos, más oscuridad y contradicción reconocía.

Comencé a leer la Biblia después de algún tiempo, pero todavía estaba involucrado en el espiritualismo. También empecé a orar conscientemente, poniéndome de rodillas y hablando en voz alta. Lo hice con mucha vacilación, sin embargo, porque prefería hablar con Jesús en mis pensamientos. El tema de la "oración" me interesó cada vez más, así que visité varios grupos cristianos en Facebook. Acepté su consejo y seguí sus lecciones, pero allí también había muchas contradicciones que mi corazón dijo: "¡Algo está mal!"

Luego llegó un momento en el que constantemente me atraía al número siete. Fue tan intenso que un día oré para aprender la verdad sobre el número siete. Así que encontré un artículo en Internet de los adventistas del séptimo día, y desde allí, el mensaje de Orión. Había un artículo llamado "El Reloj de Dios". Mi corazón fue rápidamente cautivado por este mensaje, y estaba claro para mí: ¡Si Dios me necesita como testigo, entonces estoy aquí para Él! Así que estudié este mensaje un poco. También visité a un hermano y acepté el mensaje de Orión en oración. Sin embargo, probé el mensaje, sus declaraciones, y también a Elena G. White.

Después de un tiempo, me distancié del mensaje. ¿Por qué? No tenía ningún deseo de estudiar, no reconocía la seriedad de la situación, y tal vez también tenía miedo de la verdad. No puedo decir exactamente. Así que leí la Biblia y busqué una iglesia cristiana o la enseñanza correcta en Facebook e Internet. Hay tantas enseñanzas cristianas diferentes, tantas contradicciones, y no encontré nada que me hiciera feliz o satisfecho.

En agosto de 2016, estaba tan desesperado que grité en oración por la verdad. Sí, grité por la verdad, y así el mensaje de Orión vino a mí una segunda vez. Entonces me di cuenta de que la señora Elena G. White era una verdadera mensajera de Dios, porque yo conocía mejor la Biblia en ese momento, y dice allí: "Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones". (Joel 2:28) o "Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños;". (Hechos 2:17).

Debido a esto, estudié sus escritos con más intensidad que antes y reconocí las muchas armonías en el mensaje. Yo estaba abrumado, pero también satisfecho: no hay contradicciones, tantas cosas encajan, este mensaje era tan diferente, así que muchas de mis preguntas abiertas fueron contestadas. Una pregunta que he preguntado a menudo fue: ¿Dónde están los sucesores de los 12 apóstoles, y dónde está la verdadera iglesia de Dios? ¿Lo encontraría todo aquí en el movimiento de los Adventistas del Gran Sábado? Me involucré más y más con este mensaje. En poco tiempo, mi carácter fue remodelado y todo lo que no había dejado antes (fumar, café, música, TV, etc) ahora fue dejado muy rápido.

Incluso siendo un Tomás escéptico y dudoso, no tengo ninguna duda en este mensaje; El Espíritu Santo está activo aquí, y la voz de Dios proviene de Orión. ¡He aprendido que Dios ama la lógica, al igual que yo! He aprendido que Dios es el TIEMPO, y que la Ciudad Santa es una nave espacial. He descubierto el significado de cuando se habla del "Padre", del "Hijo" y del "Espíritu Santo". Hay muchas, muchas más respuestas que nadie más puede ofrecer con tantas evidencias. Después de una larga búsqueda, me he convertido en parte de la verdadera iglesia de Dios. Me siento honrado de que Dios quiera usarme como Su herramienta. Oro para que el Espíritu Santo entre en sus corazones y puedan aceptar este mensaje de la verdad.